martes, 17 de mayo de 2011

FERNANDO LUGO Y EL DESTINO DE STRAUSS KAHN

Si de algo no puede quejarse Fernando Lugo, es de vivir en un país con una justicia politizada y corrupta como el Paraguay, donde los jueces son tan venales y presionables como los laboratorios encargados de las muestras de ADN.
Si hubiera tenido como escenario para sus fechorías un distrito como Manhattan, tal vez hubiera terminado de la misma manera que Dominique Strauss Kahn.
Dominique Strauss-Kahn, un hombre acostumbrado a las habitaciones en hoteles de lujo y viajes de avión en primera clase, se mudará a la cárcel de Rikers Island en Nueva York.
Strauss-Kahn será transferido el lunes desde un centro de detención adyacente a la Corte Criminal de Manhattan a Rikers Island, dijo un portavoz del departamento penitenciario de Nueva York.
Más temprano el lunes, un juez negó la libertad bajo fianza a Strauss-Kahn por acusaciones de intento de violación a una empleada de limpieza del hotel donde se hospedaba. La próxima audiencia del caso será el viernes.
Strauss-Kahn podría quedar aislado con control continuo, en gran parte para su propia protección ante reclusos que podrían buscar la fama atacando a alguien tan conocido como él, de acuerdo a personas conocedoras de los procesos de la cárcel y que no quisieron ser citadas.
Rikers, un complejo de 10 cárceles en una isla de 168 hectáreas cerca del aeropuerto de LaGuardia, es conocida por ser el lugar al que se envía a sospechosos con juicios pendientes o a quienes deben servir condenas cortas.
Rikers, que data de la década de 1930, alberga a unos 11,000 reos y es un lugar peligroso.
"Está atestada y la comida es terrible. Y una de las cosas peligrosas es que se aprovechan de los famosos", dijo Gerald Lefcourt, un conocido abogado defensor.
Mientras Strauss Kahn afronta el triste epílogo de su carrera política, Fernando Lugo emprende una gira por Europa, que no excluye las tierras del malogrado director del FMI.
Debería dar las gracias por su libertad.

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